13 de diciembre de 2010
También dijo que en lugar de considerarse al flamenco patrimonio de la humanidad, la humanidad debería ser patrimonio del flamenco. Hoy Morente ya es patrimonio del flamenco, de la humanidad y de quien quiera acercarse a la genialidad a través de su arte. Nos enseñó que además de Federico, Rafael, Miguel, Manuel y Antonio, Nicolás o Pablo, tenían ritmo de solea y farruca. Que la lagartija trepa con doce tiempos. Que aunque rojo podía decir Aleluya. Que se puede cantar una bulería con botas de serpiente y chupa de cuero. Retó a cuanto guitarrista se le acercó, no con ánimo de achicar, si no lo contrario y nos dejó mucha herencia en su testamento.
El mejor homenaje, una canción en su nombre, con el palo de su tierra y de manos de un amigo.
Gracias